Como gustéis, igual es, que nunca me hago esperar, pues señora, yo desde aquí busqué para mis hazañas mayor tierra y di con mis huesos en la Villa de Madrid, capital del reino. A pesar de llegar en plena decadencia del imperio me pude abrir paso como cómico en la Corte o bufón, según se mire.
Antes de acometer mi viaje a la capital, ya en provincias me inicie en el arte de Talia.
De aquella época gaditana Lajarana Teatro, El pequeño Frankenstein, Don Juan, Mirando al Tendio, muchas plazas y poco estipendio.
Ya en la Villa , sin dinero ni conocidos, fui a parar a “La Barraca Escuela Taller” de Alicia Hermida y tras un periodo no muy largo la suerte me abrió las puertas de la corte. Teatro Real y la Zarzuela. L ’Upupa, La Flauta Mágica , Aída, Tamerlano,
Pues no,…durante esa florida etapa por desgracia o destino coqueteé en exceso con gentes de mal vivir que aún perdían el tiempo de plaza en plaza, de centro cultural a salas de cincuenta butacas, de festivales a pasacalles, de institutos , de giras nórdicas , de frío , de hambre … de incertidumbre … de picaresca... Y para que quede constancia, aquí nombro algunos: El Pantano y Pánico de Ilmatar Teatro, El Peligro… de Beluga Teatro, aquel efímero Sueño de una noche de verano, José Herrero, Diego Santos, Rafael Díez-Lavín, Rubén Pacheco, Onkomonko y Emociones.
Mención aparte merecen las enseñanzas del bufón Leo Bassi, al cual no sabría si colocarlo en una u otra lista…
Y ahora ya podéis, sabiendo esto que os conté, haceros idea de con quién tratáis.
Con esto pretendí hacer ver algunos de los conocimientos, experiencia y hazañas que me forjaron hasta hoy.
Sin más, me despido deseándole todo tipo de éxitos en su camino.